Fotografía de producto: la persuasión hecha imagen

Una fotografía de producto de calidad puede marcar la diferencia entre vender y no vender. De hecho, es la modalidad de fotografía gastronómica más exigente, tanto en lo estético como en lo técnico. ¿Preparado a descubrir todos sus secretos en este post?

 

Fotografía de producto gastronómico: la perfección como objetivo

La fotografía de producto no consiste simplemente en captar imágenes bonitas, se trata de lograr que estas cumplan una finalidad concreta: vender productos gastronómicos, ya sea en un catálogo impreso, en la carta de menú o en una tienda online.

 

5 requisitos que debe reunir una buena fotografía de producto

1. Debe ser llamativa: vivimos en un mundo sobrecargado de imágenes y, para sobrevivir en él, hay que destacar sí o sí.
2. Debe ser seductora: la publicidad solo es buena si logra convencer al cliente para que compre el producto.
3. Debe ser  estéticamente perfecta: hay que retratar el producto de la forma más atractiva posible, sin sacrificar el realismo.
4. Debe ser técnicamente impecable: solo así lograrás transmitir una imagen profesional de tus productos, de modo que tus clientes se tomen en serio tu marca.
5. Debe ser apetitoso: se trata de vender comida y no puedes apelar al gusto al tacto o al olfato, solo dispones del sentido de la vista para ganarte a tu público.

 

En conclusión, a la hora de hacer la fotografía de producto perfecta, no vale cualquier foto: si quieres vender necesitas proveerte de imágenes que vendan (es lo que se conoce como estilismo culinario: el arte de persuadir con la imagen).

 

 

¿Por qué es tan complicado hacer una buena fotografía de producto?

No exagero si te digo que la fotografía de producto es difícil: requiere un trabajo minucioso (donde nada queda a la improvisación) y, además, hace falta un buen equipamiento y mucha experiencia (como chef y como fotógrafo) para sacar todo el potencial al producto.

 

• La fotografía de producto debe adaptarse al alimento que retrata, no a la inversa. No es lo mismo una vianda fría que caliente, envasada o al natural, aislada o en bodegón.
• La fotografía de producto debe realizarse en el momento preciso, debiendo combinar un ritual muy detallista con una obvia limitación temporal: el mejor momento para retratar un alimento. La cosa se complica aún más cuando se trata de inmortalizar  ciertos alimentos (como los congelados o las  cervezas recién servidas).
• Para colmo, las características de ciertos productos pueden impedirte realizar la foto en tu estudio (pensemos, por ejemplo, en los helados, los cuales podrían derretirse por efecto de la iluminación).

 

El nivel de exigencia propio de la fotografía de producto publicitaria hace que muchos fotógrafos se especialicen en esta variante de fotografía gastronómica, dado su laborioso carácter técnico y su perfeccionismo.

 

 

¿Qué pasos hay que seguir para lograr la fotografía de producto ideal?

El poder de la idea

La fotografía de producto nunca es fruto de la improvisación. Siempre debes tener claro el resultado que quieres crear, orquestando todos los elementos para reflejar alimentos llenos de frescura, cercanía y buena calidad.

Para encontrar la imagen que buscamos podemos recurrir a plataformas como Pinterest o Instagram o dibujar un esbozo, para ver cómo queda nuestra idea. Si creamos un buen board, tendremos buena parte del camino recorrido.

 

Creando un estilismo único

Una parte fundamental de la fotografía de producto es tener claro su estilismo siempre es recomendable embellecer los alimentos, pero sin robarle el protagonismo y sin restarles realismo.

El objetivo de un buen estilismo para fotografía de producto es explicar o resaltar sus cualidades teniendo claro que el protagonista es el propio producto fotografiado: sitúalo en el centro de la fotografía y elige un fondo neutro (blanco o negro).

 

Configuraciones técnicas

Las elevadas exigencias de calidad en la fotografía de producto precisan un equipo idóneo. Usar una lente de calidad y un trípode es imprescindible para lograr ese acabado profesional.

La iluminación debe ser abundante y muy difusa. Opta por la luz artificial continua (en lugar del flash) y rellena las sombras muy acusadas mediante el uso de un reflector.

El color es una de las cosas que primero nos llama la atención en la fotografía del producto.  Para que quede impecable, realiza un correcto balance de blancos, usa disparo RAW y emplea una tarjeta de grises.

 

 

 

…Y llegó la hora del shooting.

Prepara el producto para que luzca lo mejor posible: debe estar impoluto y en las condiciones térmicas adecuadas.

Para lograr una fotografía de producto única, y no una del montón, debes variar las perspectivas y el ángulo para tomar la foto. Cambia la posición del producto tantas veces como sea necesario para lograr el mejor imágen.

Es importantísimo que controlemos todo lo que se va a fotografiar, ya que algunos productos son más propensos a deteriorarse con el tiempo. Por eso, te recomiendo poner la cámara en modo manual.

¡Probar, probar y probar! No pares hasta tener un puñado de fotos perfectas. Las sesiones de fotografía de producto se rigen por el perfeccionismo más exhaustivo, por lo que pueden durar bastante tiempo (por eso es tan importante usar un trípode).

 

Retoque sí o sí

Por muy bien que haya salido la fotografía de producto siempre habrá que darle una segunda vuelta en la fase de post producción. Aquí haremos diferentes correcciones  para  que nuestra   foto quede  perfecta (corrección de nitidez, color, luz, saturación, etc.).

Recuerda que la fotografía de producto requiere mucha más postproducción que otras modalidades de fotografía gastronómica. Es por ello que a veces pueden parecer irreales o hechas en 3D.

 

 

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