Cuando realizas fotografía de alimentos necesitas obtener imágenes súper nítidas. Debe apreciarse la textura del pan, el brillo del aceite, los detalles de la piel del pescado… Debes transmitir sensaciones. Despertar vista, gusto, tacto y olfato, y esto es algo que solo puedes conseguir gracias a un buen objetivo para fotografía gastronómica. Si aún no sabes cuál debes comprar intentaremos guiarte con un par de consejos 😉
Aunque en este post queremos ayudarte a elegir un buen objetivo para fotografía de alimentos no te diremos cuál es el mejor… Muchas veces esto es simplemente cuestión de gustos. Lo que es óptimo para nosotros puede no serlo para ti y viceversa. En la decisión influyen factores tan diferentes como el tamaño de los productos que vamos a fotografiar o el espacio que tengamos para hacerlo.
La importancia del objetivo en la fotografía culinaria
Como decimos en nuestros cursos, el grado de detalle en una fotografía gastronómica es de los aspectos más importantes para distinguir al fotógrafo profesional del aficionado.
El objetivo nos aporta nitidez y nos permite jugar con efectos como el enfoque selectivo y la profundidad de campo (p.ej para el efecto bokeh). Las posibilidades creativas que nos ofrece este accesorio nos permitirán jugar para innovar y llamar la atención. Un buen objetivo no suele ser barato, pero tampoco se trata de comprarse el objetivo más caro de la tienda.
Un buen objetivo para realizar fotografía de alimentos nos permite resaltar al máximo los detalles, lo que es clave para que el cliente sienta la proximidad de los alimentos fotografiados. Así, lo esencial de una lente es que sea capaz de acercarse mucho al objeto fotografiado sin perder nitidez. Vamos, lo que viene siendo un macro.
En el caso de fotografía gastronómica con smartphone, para los foodies que no se dejan el smartphone en casa, los potentes terminales de hoy en día suelen dar buenos resultados cuando se trata de captar imágenes de cerca. Si necesitas un plus de precisión siempre puedes comprar una lente macro para móvil.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un buen objetivo para fotografía gastronómica
Luminosidad
Este es uno de los aspectos más distintivos si estamos eligiendo un objetivo para fotografiar alimentos. Para abreviar te diremos que, cuanta más luz entre en la lente, más posibilidades creativas tendremos para sacar nuestras fotos.
Seguro que te suenan esas imágenes en las que el fondo se ve desenfocado y la comida se muestra con gran precisión: eso se consigue gracias a un objetivo con una gran apertura. Este valor viene expresado por el número que viene después del 1: cuanto menor sea, más luminosa será la lente.
De más a menos luminosidad tenemos las lentes: focal fija, zoom, gran angular y teleobjetivo. Lo idóneo cuando se trata de un objetivo para fotografiar comida es que sea de focal fija.
Distancia focal
La distancia focal determina, dicho llanamente, hasta dónde podemos estirar el zoom. Cuanto más grande es su tamaño más se deformará el producto fotografiado en las distancias cortas, dándole un aspecto antinatural.
Siguiendo con lo expuesto en el punto anterior, lo ideal sería contar con una focal fija, lo que significa que este valor estará comprendido entre 60 y 100 mm.
Versatilidad
Es verdad que los fotógrafos gastronómicos solo fotografiamos alimentos… pero también lo es que no hay dos fotos de comida iguales: cada uno tiene sus propios gustos, trucos y necesidades. Así, cuanto más versátil sea nuestro objetivo a la hora de fotografiar alimentos, más ahorraremos a la hora de hacernos con nuestro equipo para empezar a tomar fotos.
Materiales
La calidad del cristal y de los demás materiales con los que ha sido construido el objetivo es uno de los aspectos que más influyen en el precio. Para lograr buenos resultados no es necesario irse al modelo más caro, lo mejor si quieres exprimir al máximo la relación calidad-precio es apostar por las categorías intermedias.
Nitidez
Toda lente tiene un punto óptimo en la apertura del diafragma donde la nitidez es mayor. El problema viene cuando, fuera de ese valor, pierde precisión a chorros: huye de esos objetivos. Lo mejor es que dicha reducción fuera de esos valores óptimos sea lo más insignificante posible.
Precio
- Si estás empezando o andas escaso de presupuesto te recomendamos decantarte por un objetivo 50mm f/1.8 (cuesta menos de 200 €). Sus puntos fuertes son la gran luminosidad de la lente y su versatilidad (sirve para fotografía culinaria, callejera o retratos). Su talón de Aquiles es que carece de macro.
- Si quieres llevar tus habilidades con la fotografía gastronómica al siguiente nivel te recomendamos un objetivo 60mm f/2.8 con macro (hasta 500 €). Son perfectos para hacer fotos desde muy cerca.
- Si eres un purista y le pides lo máximo a tus fotos de comida te sugerimos que te compres un objetivo de 100mm f/2.8 con macro super potente. Su gran virtud es reducir considerablemente la sensación de profundidad, haciendo que los objetos parezcan estar más cerca entre sí. Las fotos de bodegones te quedarán genial… pero necesitarás tener un estudio espacioso. Cuestan más de 500 €, pudiendo llegar a superar los 800 €.
No obstante, cuando se trata de objetivos intercambiables conviene verlo como una inversión a largo plazo. Así, cuando el cuerpo de la cámara se acabe estropeando (y lo hará…) podrás seguir utilizando este accesorio.
¿Qué te han parecido nuestros consejos para elegir un buen objetivo para fotografía gastronómica? ¿Se te ocurre algún aspecto que no hayamos incluido? ¿Cuál es para ti el mejor modelo? En El Fotógastro siempre estamos deseando saber tu opinión.
Si queréis la nuestra, nos gusta trabajar con focal fija. Un buen 50 mm y un 100 mm… Perfecto! Un 24-70 mm también estaría bien, si buscas más versatilidad.
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